SER Y NO SER CHARLIE
Cuando veo el video de esos descerebrados fanáticos rematando
a sangre fría a un indefenso ser humano tirado en el suelo, me siento Charlie. Cuando
veo la foto de la redacción de Charlie con los papeles y la sangre mezclados sobre
el suelo del pasillo, me siento Charlie. Cuando oigo o leo las proclamas a
favor de la libertad de expresión que los hipócritas dirigentes europeos
enarbolan en sus discursos, me cuesta sentirme Charlie como ellos dicen
sentirse. Cuando pienso en los miles de muertos que nuestra civilización
occidental (en nombre de una presunta libertad que no es la que yo anhelo, de
una libertad asesina) esparce por las tierras de países como Siria o Irak, me
cuesta ser ese Charlie que coloca la libertad de expresión en el límite del
desprecio y la confrontación. Cuando veo algunas viñetas de Charlie yo, que no
creo en las religiones (en ninguna), soy incapaz de ser Charlie, aunque siempre
tendré claro que contra un lápiz y un papel hay que utilizar métodos (en este caso sí
civilizados) que no portan armas: los juzgados. Cuando veo que la xenofobia
dice sentirse Charlie yo sí soy Charlie y la expulso de ese sentimiento. Y
también me siento Malala, y la niña de Gaza (@Farah_Gazan) que tiene en Twitter
una inmensa ventana por la que asomarse a la copia de una libertad a la que nosotros
a veces no hacemos ni caso. Y me siento uno de los niños que no hace mucho
fueron asesinados en su colegio por los Talibanes. Me cuesta mucho sentirme
solo Charlie, porque parece que únicamente lo que ocurre en nuestro privilegiado
suelo de Occidente tiene importancia, que las masacres que ocurren a cada
instante en el otro mundo (de las cuales somos culpables en gran medida) tienen
que existir para que nosotros sigamos viviendo dentro de nuestra burbuja (ahora
algo contaminada). Me cuesta ser Charlie al cien por cien.
Y yo, afincada aquí desde hace más de 40 años pero sintiéndome más cuidadana del mundo que solamente francesa, llevo horas recibiendo críticas (y por muchos que ni sabían de la existencia de esta revista hasta hace unos días) y luchando para explicar lo que siento, lo que sientes y que tan bien te acabo de leer.
ResponderEliminarA mí también me cuestas sentirme Charlie al cien por cien.
Libertad de Expresión SÍ pero desde el Respeto.
Gracias LuisMi.
Un abrazo.
Fram, se me ha puesto la carne de gallina... De ciudadano del mundo y que considera a París como su segunda ciudad (bueno, tercera: Vallecas, Madrid y París... ;) ) a ciudadana del mundo te puedo decir que esperaba tu comentario y me siento reconfortado con él. Creo que ante todo somos personas y no se pueden consentir los abusos que llevan a estas atrocidades. Y que el respeto a los demás es la base de la convivencia, por eso no llego al cien por cien. Y dejaré una vez más claro que los que han apretado el gatillo son (por fortuna eran) unos asesinos y no pueden ser justificados de ninguna manera.
ResponderEliminarMerci beaucoup, Fram. ¡Un besazo!
A los buenos días, Luis Miguel. Veo el título de tu post en el lateral de Fram y, leído, tengo que felicitarte por tu valentía al expresar lo que parece ir a contracorriente y que sin embargo, como dice Fram, comparto.
ResponderEliminarUno de los problemas que tenemos como sociedad es el haber producido y alimentado el pensamiento plano (tan propio de la adolescencia), en este sentido, las cosas se juzgan e interpretan como pares de opuestos casi irreconciliables al más puro estilo del maniqueísmo puro y duro.
Es decir, si yo digo que las viñetas de Charlie me parecen soeces (salvo algunas y muy contadas) y si añado que la libertad de expresión lo es sólo cuando no invade, ni colisiona, ni hiere al prójimo...entonces parece que esté justificando a los terroristas. Y si afirmo, como lo hago, que esos tipejos representan los fondos más horrorosos que posee el humus humano...entonces parece que doy mi placet a la bazofia dibujada por Charlie y condeno, de entrada y sin paliativos, al complejo mundo del Islam. Pero claro, es que ni una cosa ni la otra y, como suele ocurrir con las historias que derivan del "fenómeno humano" (como decía Pierre Teilhard de Chardin), todo es mucho más complejo y lleno de discontinuidades de lo que ese pensamiento plano-borreguil es capaz de ofrecernos.
Un saludo
De acuerdo contigo en todo, Valaf. Hoy me ha dado un asco tremendo ver en cabeza de la manifestación de París de gente que sí se estremece sinceramente por lo ocurrido, a esa cohorte de "líderes mundiales" que son los principales responsables de todo lo que ocurre. Asco e impotencia. Gracias por pasar a dejar tu comentario y un abrazo.
ResponderEliminarEntiendo tu queja, da tanta rabia todo esto...
ResponderEliminarUn beso.