A mis dedos
Han decidido entre todos
(lo escuché esta noche, mientras ellos creían que dormía)
negarse a señalar el camino correcto,
taponar las veces que estimen oportuno
cualquiera de los dos orificios de la nariz,
encogerse los demás para dejar solo, y firme, al corazón
(cuando ellos lo crean necesario),
acariciar, unidos a la palma de la mano, las pieles sinceras,
apretarse con fuerza,
no para atacar, no,
para dejarme bien claro que siempre estarán juntos,
para hacerme comprender, por fin,
que también forman parte de mí,
Y es que siempre me costó hacerles entender
que dos y dos son cuatro.
Los dedos de mis dos manos, plash, plash, plash, te aplauden al unísono. Aunque las matemáticas tampoco se les dan muy bien. Muás.
ResponderEliminar¡Choca esos diez, hermana! Son diez... ¿no?... ¡Muases!
ResponderEliminar¿Dos y dos son cuatro? Mecachís, ya decía yo...
ResponderEliminarBesotes!!!
Eso quiero hacer entender a mis dedos, pero ya sabes lo díscolos que son... ¡Besazos, Margari!
EliminarMe gusta la forma en que me haces pensar ... cuatro !!??
ResponderEliminar¡Y a mí me encanta que te pases a pensar conmigo un ratito! ¡Besazos!
EliminarDos y dos son cuatro... o veintidos... Según se mire ;)
ResponderEliminarMira con dos, lo que te digo: V
Me ha gustado mucho, sí señor. :))
Ya sé yo de sobra que los tuyos cuentan como quieren... ¡Como debe ser! ¡Besazo, Fram!
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