…OLVIDO


…OLVIDO



“¡Vamos, date prisa, que nos esperan nuestros padres!”. Se soltó de sus manos y la vio desaparecer por la puerta de la sala. Él se quedó sentado, con la mirada perdida. Los ojos se le cerraron y bajó la cabeza hasta que la barbilla se escondió en su pecho. Permaneció así un buen rato, quieto, recordando el día que ella le contestó “sí, quiero” o el día que ella le dijo que esperaban su primer hijo. Hasta que sintió una mano acariciar su hombro. “Venga, Juan, es la hora de la cena, esta noche se la das tú, ¿vale?”. La enfermera le sonrió y él se incorporó. Despacio. Y dejó que sus torpes pasos le llevaran a la habitación.

Comentarios

  1. Planteas un tema difícil, quedarse cuando se va la persona que quieres. A mí me angustia hasta pensarlo.

    Un beso

    ResponderEliminar
  2. Sobrecogedor relato... Un tema triste, duro, por que todos tarde o temprano tenemos que pasar... Que sea tarde, muy tarde...
    Besotes!!

    ResponderEliminar
  3. Es muy difícil asimilar que la ausencia, ya sea del cuerpo, de la mente o de los sentimientos, llega... y se queda junto a nosotros como única compañía. Muáss

    ResponderEliminar
  4. Recuerdos que son alivios momentáneos en una adversidad constante y sin remisión. Fuimos lo que fuimos; ahora somos lo que imaginabamos, pero no queriamos llegar a ser. La soledad se hace gigante y, sólo por unos instantes, la compañia nos consuela, aunque es un arma de doble filo... cura y despues el virus de la contrariedad se hace más fuerte.
    Muy buen relato, Román.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Cómo siempre, cabe un mundo en las pocas palabras de tu pequeño relato. ¡Tanta tristeza! Ojala nunca tuviéramos que enfrentarnos con esa situación, ni en el lugar de Juan ni en el de ella.

    ResponderEliminar
  6. Lo primero es pediros perdón por la tardanza en contestar, pero es que he tenido dos días muy complicados para sacar tiempo. A última hora he podido ver algo pero no tenía los minutos suficientes y el cansancio no me permitía centrarme en los comentarios. Me gusta hacer las respuestas uno a uno, pero, si me lo permitís, en esta ocasión os diré algo general. Sí, entiendo que el tema es muy difícil y he procurado tratarlo con la mayor delicadeza posible. Al escribirlo pensé en el amor que una persona puede almacenar para soportar todas las situaciones tan complicadas que nos presenta la vida. Aunque yo no soy de San Valentín, necesitaba exponer una historia de amor dura en ese día y creo que quizá por eso, por su dureza, mucho más sincera.
    Gracias, Mayte, Margari, Hermansa, Pedro Luis y Paloma. ¡Y Un besazo!

    ResponderEliminar
  7. Hoy llegaste encogiendo corazones, al menos eso me hiciste a mí.
    Un texto muy reflexivo, precioso.
    Besos

    ResponderEliminar
  8. No te preocupes, que rápido vuelve a su estado natural. El corazón es muy vulnerable, pero también muy fuerte. Y yo creo que los buenos, más todavía. ¡Un besazo!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares