MI CARTA A LOS REYES
Queridos Reyes Magos:
Espero que no sea demasiado tarde para
que os llegue la carta y podáis traerme todos los regalos un año más. Bueno, el
caso es que regalos, regalos, de esos que se piden ahora, una Play, un móvil de
los que valen para todo, incluso para hablar por teléfono, no os voy a pedir.
Es que ya lo tengo casi todo. Prefiero que lo que me sobra a mí se lo llevéis a
los que sí lo necesitan. Me han dicho que ellos viven, sobre todo, en África, en Asía, en
América. América, la de abajo. Pero tened cuidado, no os equivoquéis, que allí
también hay gente como yo. A ellos, no, que aunque no los rechacen, tampoco los
necesitan. ¡Qué tontería! Si vosotros lo sabéis ya, sois magos. Y sabéis que lo
que necesito y necesitamos todos, son otras cosas. Como lo que me ha dicho que
os pida mi amigo Román: libros, libros para los pequeños y para los
grandes. De aventuras, de miedo, románticos, policíacos. O lo que quiere mi
amigo Luis Miguel, que os llevéis a vuestro mundo a los hombres que maltratan,
sí, a los que maltratan a las mujeres que creen que son de su propiedad. Los
enterráis bajo toneladas y toneladas de hormigón, como si fuesen residuos
nucleares. Me ha dicho que seguro que tenéis algún cementerio de esos, y si no,
que sabréis construirlo. Y también quiere que sepultéis allí a toda la
porquería que generamos en nuestro planeta. ¡Ah!, y que nos traigáis árboles. A
los niños que son más pequeños que yo les podéis regalar juguetes, vivan donde vivan. Y muñecos.
Solo me queda advertiros lo de todos
los años. Que cuando me dejéis los regalos, os bebáis el anís que
os he dejado sobre la mesita pequeña del salón, la del teléfono, al lado del
árbol. Y que os comáis los polvorones. El agua de los camellos está en el
patio. Y, sobre todo, que no entréis en mi casa con las coronas puestas, que
como os vea mi padre con ellas, os echa. Ya sabéis que es republicano.
Julio.
Aquí hay otra republicana, como el padre de Julio, a la que le ha encantado esta carta a los Magos de Oriente... porque ¿son de allí, no? Es que Kafeto, el pobre, no acaba de aclararse con la procedencia de todas estas figuras del Belén.
ResponderEliminar¡Pues si Kafeto no lo sabe! Eso es que está resacoso todavía. Dile que se eche un ratito...
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