Caminamos tantas veces sobre el filo de una hora,
esperamos tantas veces
a que cualquier reloj dé las cuatro de la tarde.
Renunciamos tantas veces al vuelo de una hoja.
Solo se escriben libros para, más allá del propio aliento, comunicarse con otros seres humanos, y así defenderse de la otra cara implacable de la vida: la fugacidad y el olvido. Stefan Zweig. MENDEL, EL DE LOS LIBROS.
Tantas veces...
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo ya me he cansado de esperar y de renunciar... El caminar, despacito, pero eso no se deja nunca. Muás.
ResponderEliminarSe camina, se espera... se cae también. Pero se levanta, no se renuncia y se vuelve a caminar. ;)
ResponderEliminarBesos y abrazos. Y sonrisas, por supuesto ;)
Qué bonito caminar con vosotras... ¡Besazos!
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