Adriana


Adriana


-¡No me volvéis a follar! Cabrones…

Agarró la botella sujeta del cuello por la mano que caía del colchón, y dio un trago. Lo miró. Sobre la cama, boca arriba. Se frotó los labios asqueada de las babas de él. Limpió con mimo los enormes zapatos de negro acharolado de infinito tacón. Se subió a ellos, ajustó la exigua ropa que apretaba aún más su cuerpo y echó la maleta a rodar. Calle abajo; apenas iluminada por las farolas escondidas entre las hojas de los árboles. Hasta llegar al puente sobre la autopista. Pegó la maleta a la barandilla. Se quitó los zapatos. Los restregó sobre su estrecha falda hasta dejarlos brillantes y los colocó en el suelo, con mimo. Las punteras, en paralelo, sobresalían de la acera. Se aferró al frío metal y miró hacia el horizonte de la carretera. Las luces de los coches se acercaban veloces para desaparecer bajo sus pies. Solo faltaba el salto. Lo dio.

Esta vez os remito a una noticia de esas que nos impresionan unos instantes. Al menos. Esta vez mi relato tiene un claro antecedente. No tuve más remedio que volver a inventar su historia. Una de esas historias que parece ser nadie tiene interés en que solo sean ficción. Si queréis leer lo que fue la vida de una de las muchas Adrianas que vemos en nuestras carreteras como un elemento más del paisaje, este es el enlace:

Comentarios

  1. Buf, me quedé estremecido pero casi llego a entender que en esas situaciones salte, yo también lo haría si tuviera lo que hay que tener, como ella sí lo tiene.
    Abrazos, buen texto.

    ResponderEliminar
  2. Hace falta estar desesperada y asqueada de la vida para dar este salto.
    No se suicidó: la mataron. Entre su marido y los de la carretera.
    Un abrazo, LuísMi.

    ResponderEliminar
  3. Ya le habían quitado la vida antes de saltar... La piel de gallina me deja siempre noticias como éstas... Cómo duele...
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  4. ¿Será porque soy mujer y también madre, que este tipo de barbaridades se me escapan al entendimiento y sería capaz de "cualquier cosa" en contra de estos desalmados?
    Un abrazo Luis, aunque MUY "buena" tu entrada, te parece bonito el tema elegido, para recibirme, precisamente la primera vez que visito tu casa? :-) bueno, la segunda, la primera fue para seguirte… jajjaja
    Rosy

    ResponderEliminar
  5. Estremecedor tu micro, dura vida la de esas mujeres, si se puede llamar vida a la que ellas llevan, este tipo de noticias son las que nos hacen pensar en que podemos hacer nosotros para eradicar esas situaciones.
    Besos, seguiremos por aquí y por allá.
    Puri

    ResponderEliminar
  6. Bueno, he de decir que me voy con amargo sabor de boca de tu espacio. Como mujer, condeno cualquier signo de abuso contra una de nosotras. Vidas sin vivir, perdidas en tantos rincones del planeta. Triste historia la de todas las "Adrianas." bien contada en tu relato. Los zapatos limpios, su legado y su testimonio.

    ResponderEliminar
  7. Antes de dar ese salto ella se sentía más que muerta en vida, hay situaciones que superan a cualquiera y no es de extrañar que veamos casos como este y como tú mismo dices, tantas Adrianas que vemos a diario y que todas absolutamente todas y cada una de ellas tiene una historia detrás. Esos zapatos, se le quedan a una en la retina imaginándolos ahí desnudos de los pies que los calzaban antes de partir.

    Besos.

    ResponderEliminar
  8. La realidad casi siempre acaba superando a la ficción. En estos casos además de tristeza, me lleno de rabia e indignación por todo lo que permite que se den estas situaciones. empezando por los "clientes", continuando con los explodores y por todo el sistema legal que lo facilita.

    Besos

    ResponderEliminar
  9. En una sociedad enferma y deshumanizada, ¿qué podemos esperar? Muás.

    ResponderEliminar
  10. Muchas gracias por pasar a dejar vuestro comentario. Cuando leí la noticia, como os digo arriba, tuve que descargar toda mi rabia haciendo un micro, sus zapatos se me quedaron grabados. ¿Por qué dejarlos, por qué matarse descalza? Nunca sabremos lo que pasó por su mente, pero sí sabemos que no es un hecho aislado y que los que pueden no hacen nada por evitarlo. Y sabemos que ese mundo mueve mucho dinero y que hay muchas manos presuntamente decentes manchadas en él. ¿Habéis visto su cara de niña en la foto de la noticia?
    Gracias de nuevo y un besazo a todos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares