Nos vemos en el ByMe con La sombra de las horas

Os he traído a mi rincón del ByMe para daros las gracias por la acogida que ha tenido entre vosotros la promoción de mi libro en Amazon. ¿Veis que hasta Mery y Byron están contentos? Con lo reticente que soy aún a esta era digital del libro y, sin embargo, debo reconocer que unos días como estos tres en los que he estado pendiente de las redes, dándoos la lata, metiéndome aquí y allá, han sido reconfortantes. Cansados para la vista y para la mente, pero reconfortantes. Y me ha hecho especial ilusión ver las descargas del otro lado del charco. Y de Alemania. Y del Reino Unido.

  

Ha sido una experiencia nueva, emocionante, esta de imaginar cómo mis sombras encuentran acomodo en aparatitos diabólicos con un clic, con un simple clic, en cualquier parte del mundo. ¿Sabéis que me encantaría que los anónimos futuros lectores dejasen de ser eso, anónimos, y me hablasen del poso que han dejado mis historias? Que cada clic se convirtiese en un comentario, en un hola. Me encantaría. Ya sabéis dónde podéis encontrarme. Y ya sabéis que siempre tendréis a vuestra disposición a Byron y sus exquisitos cócteles. ¿No me digáis que no es una tentación?

Mis sombras siguen esperando, en binario o en papel, a nuevos lectores que sigan dando sentido a su existencia. Y yo continúo retirándome un poquito más hacía mi “palacio de invierno”, como ya os comenté en la anterior entrada. Aunque siempre estará conectado mi ordenador. Procuraré pasarme por el ByMe de vez en cuando para tomarme un gin-tonic con vosotros y haré todo lo posible por no espaciar mucho las visitas a los compañeros blogueros, a los que pido me perdonen si tardo en dejar huella en sus casas… Sé que lo comprenderéis.

¡Vaya! Mery me está haciendo señas…, os tengo que dejar. Gracias, siempre, por leerme y espero que hayáis disfrutado tanto de esta copa como yo. Nos seguimos viendo.