martes, 29 de mayo de 2012

FIRMA DE "LA SOMBRA DE LAS HORAS" EN LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID 2012




Siempre que vuelvo a pasearme por uno de sus relatos fluyen nuevas y sorprendentes historias que van apareciendo en cada renglón. desdevallekas.blogspot.com


Historias hermosas, cercanas, casi susurradas de las que se sale con un dedo entre las páginas, media sonrisa y mucho que opinar. entremontonesdelibros.blogspot.com

En algunos momentos he creído estar leyendo a Allan Poe. laviejaencinadelazubia.blogspot.com

Una especie de realismo mágico del que “El castaño milenario” también deja buena huella.

Hay que leerlo sin prisas, sin premura. Disfrutando de cada historia. mislecturasymascositas.blogspot.com

He querido recordaros la tarde tan especial que me espera el próximo jueves con estas frases que han dedicado a mi libro de relatos estos cinco blogs. Cinco blogs, cinco personas, cinco blogueras que han sido fundamentales para que yo pudiese llegar hasta este 31 de mayo y situarme tras el mostrador, con La sombra de las horas sobre él, a contemplar a los lectores que pasean buscando historias, quizá las mías. Y uno de estos blogs, Desdevallekas, administrado por mi hermana Koncha. Mi familia, siempre ahí, Lucía, siempre conmigo. Mi hermano Juan. Mi familia. Todos. Los que están a mi lado y los que siento a mi lado. Mi padre. 

Luis Miguel, un día, unos dos años atrás, decidió enviar al Décimo Certamen Literario de Narrativa Corta “CARMEN MARTÍN GAITE” un relato suyo, “EL TIEMPO”. Pensó en el mejor seudónimo que podía elegir: Román. Era el segundo apellido de su padre, Juan Morales Román, y un homenaje a una  persona que se había marchado de su vida demasiado pronto, pero que había dejado a él y a sus hermanos, Koncha y Juan, una gran herencia: su cariño y su bondad. Y también su pasión por juntar letras sobre un folio en blanco. Qué mejor que comenzar con su padre junto a él, pensó. 

Y mis amigos, también mis nuevos amigos virtuales, apoyándome, siguiéndome. No os podía decepcionar, no os puedo decepcionar. Llegará el 1 de junio y habrá pasado mi sueño. Pero solo habrá pasado ese sueño. Vendrán otros. Seguiré buscando otros. Seguiremos buscando otros. 

En el Paseo de Coches de los Jardines del Buen Retiro, en la caseta nº 126 de la Feria del Libro de Madrid, la de la Librería Muga, entre las seis y las nueve y media de la tarde del próximo jueves, 31 de mayo, estará mi sueño esperándoos. Caben muchos personajes, todos los personajes que os podáis imaginar, elegid el que más os guste para compartirlo conmigo. Allí os espero.

sábado, 26 de mayo de 2012

CÍRCULO ROJO



Hoy mis compañeros de Círculo Rojo están disfrutando de las Primeras Jornadas 2012 de la Editorial Círculo Rojo, en El Ejido (Almería). Al final yo no he podido acudir con ellos. Desde aquí les deseo, a ellos y a la Editorial, el mayor de los éxitos. Y el año que viene, en las Segundas Jornadas, nos encontraremos. ¡Suerte chicos!

miércoles, 23 de mayo de 2012

SORTEO EN "CARMEN Y AMIG@S" DE "A LA HORA DEL PAN CON CHOCOLATE"


Os recuerdo que el 26 a las 12:00 acaba el plazo para presentarse al sorteo de Carmen y amig@s. Estáis a tiempo de haceros con el libro de Koncha. Venga, venga... ¡No seáis perezosos! Aquí os dejo las bases, pero si queréis saber más, pinchad sobre la foto, arriba, de la abuela Jacinta y llegaréis al blog de Carmen.
Bases del sorteo:

1.- Ser seguidor del blog y/o haber dejado algún comentario en el blog con anterioridad a este sorteo.
3.- Dejar un comentario en esta entrada que diga "Quiero participar en el sorteo de A la hora del pan con chocolate". (1 punto)
4.- Anunciar con entrada en el blog y/o poniendo el banner en el blog y/o anunciar en Facebook y/o en Twitter. (2 puntos)
5.- El plazo comienza hoy 6 de mayo y acabará el 26 de mayo a las 12:00. Ese mismo día colgaré la entrada con l@s participantes y los puntos de cada un@ y el 27 la entrada con el/la ganador/a. Random.org será, como siempre, la mano inocente.

Y hay un regalo de dos punto a las 33 personas, si finalmente deciden participar, que dejaron un comentario en la entrada Tan solo una palabra... por estar ahí y apreciar la poesía, la buena poesía.

Y ya está, así de faćil y sencillo. Espero que os animéis...

Marcapáginas 103

viernes, 18 de mayo de 2012

FIRMA DE "LA SOMBRA DE LAS HORAS" EN LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID 2012

















Posted by Picasa

Esta es una entrada que cuando comencé la aventura con mi libro de relatos, allá para enero, redactaba una y otra vez en mi mente. Una coma aquí, otra allí, un punto, una palabra, otra, una frase más corta, otra más larga...
Lo que daba vueltas a mi cabeza era pura ficción. Llamé unas cuantas veces a Julio para que me ayudase, para que me contase qué haría él entre las casetas de la Feria del libro de Madrid, en qué jaleos se metería. Julio no apareció. Seguí dando vueltas y vueltas hasta que, de pronto, pensé: esta es una entrada imposible, creo que has asustado a Julio, olvídate y llámale para otros cuentos más reales, que volverá.
Por fortuna estaba muy equivocado, Julio se presentó anoche en forma de email. Y el email decía que "La sombra de las horas" vivirá en la caseta de la Librería Muga, la nº 126, en la Feria del libro de Madrid y que el 31 de mayo firmaré ejemplares a partir de las seis de la tarde.
Desde aquí agradezco a la Librería Muga el acoger en su caseta a mi libro de relatos y a mi persona. Y desde aquí os digo que me encantaría que un bolígrafo muy especial, reservado para la ocasión, gastase toda su tinta con vosotros. ¡Os espero!  

miércoles, 16 de mayo de 2012

PRIMERAS JORNADAS 2012, CÍRCULO ROJO. EL EJIDO.



De la mano del Ayuntamiento de El Ejido y de la Editorial Círculo Rojo, "La sombra de las horas" se presenta ante los lectores almerienses el próximo sábado, día 26 de mayo, en el Teatro -Auditorio de El Ejido. Quiero dar las gracias a la Editorial porque creo que el mundo de los libros de relatos se merece este espacio. Y, además, en compañía de las chicas de Pilar, "Ellas también viven". Inmejorable. Una jornada que seguro va a ser inolvidable para mí y para todos mis compañeros. ¡Os esperamos!

martes, 15 de mayo de 2012

VÍDEO-RESUMEN PRESENTACIÓN "LA SOMBRA DE LAS HORAS"


Hoy os traigo un vídeo-resumen de la presentación de la segunda edición de "La sombra de las horas". Os lo debía. Según lo montaba me volvían los recuerdos de nuestra tarde-noche mágica. Gracias de nuevo a todos los que hicisteis posible con vuestra varita que aquello sucediera y sucediera así. ¡GRACIAS!


sábado, 12 de mayo de 2012

LIBRERÍA TRES ROSAS AMARILLAS



Hoy, "La sombra de las horas", se ha acostado más contento. Está feliz. ¿Por qué? Porque ha encontrado cobijo en una de las librerías que más le hacían ilusión, en la librería de Madrid LAS TRES ROSAS AMARILLAS.

Allí estará acompañado por otros muchos libros como él; libros que, al abrir sus tapas, te cuentan historias, sí historias, no una sola, varias. Y que, al cerrarlas, conviven entre ellas. Me las imagino intercambiando personajes: el chico ciego, buscando a su perro guía que, sin él saberlo,  ha decidido marcharse con el perro del siguiente relato que anda husmeando de alcorque en alcorque, o aquel hombre que pierde el significado de las palabras que escucha y que anhela encontrar en otro cuento. Que quizá sean las que en el suyo ha perdido.

No he preguntado a José Luis cuántos libros llenan sus estanterías. Y no sé el número de relatos. Pero lo que creo saber es que todos se hacen una pregunta: ¿Por qué no vienes a conocernos y nos dejas que te contemos todos nuestros cuentos, nuestros relatos, nuestras historias? Sí, están muy felices aquí, rodeados de libros de relatos, pero estoy seguro de que les encantaría compartir tu biblioteca. Al menos eso me ha confesado el mío.

Te espera en la calle San Vicente Ferrer, 34. De Madrid.



miércoles, 9 de mayo de 2012

NO ME LLAMES EXTRANJERO



NO ME LLAMES EXTRANJERO

No me llames extranjero, por que haya nacido lejos,
O por que tenga otro nombre la tierra de donde vengo
No me llames extranjero, por que fue distinto el seno
O por que acunó mi infancia otro idioma de los cuentos,
No me llames extranjero si en el amor de una madre,
Tuvimos la misma luz en el canto y en el beso,
Con que nos sueñan iguales las madres contra su pecho.
No me llames extranjero, ni pienses de donde vengo,
Mejor saber donde vamos, adonde nos lleva el tiempo,
No me llames extranjero, por que tu pan y tu fuego,
Calman mi hambre y frío, y me cobije tu techo,
No me llames extranjero tu trigo es como mi trigo
Tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego,
Y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño.
Y me llamas extranjero por que me trajo un camino,
Por que nací en otro pueblo, por que conozco otros mares,
Y zarpé un día de otro puerto, si siempre quedan iguales en el
Adiós los pañuelos, y las pupilas borrosas de los que dejamos
Lejos, los amigos que nos nombran y son iguales los besos
Y el amor de la que sueña con el día del regreso.
No me llames extranjero, traemos el mismo grito,
El mismo cansancio viejo que viene arrastrando el hombre
Desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras,
Antes que vinieran ellos, los que dividen y matan,
Los que roban los que mienten los que venden nuestros sueños,
Los que inventaron un día, esta palabra, extranjero.
No me llames extranjero que es una palabra triste,
Que es una palabra helada huele a olvido y a destierro,
No me llames extranjero mira tu niño y el mío
Como corren de la mano hasta el final del sendero,
No me llames extranjero ellos no saben de idiomas
De límites ni banderas, míralos se van al cielo
Por una risa paloma que los reúne en el vuelo.
No me llames extranjero piensa en tu hermano y el mío
El cuerpo lleno de balas besando de muerte el suelo,
Ellos no eran extranjeros se conocían de siempre
Por la libertad eterna e igual de libres murieron
No me llames extranjero, mírame bien a los ojos,
Mucho más allá del odio, del egoísmo y el miedo,
Y verás que soy un hombre, no puedo ser extranjero.

RAFAEL AMOR®

domingo, 6 de mayo de 2012

LIBRERÍAS DONDE VIVE "LA SOMBRA DE LAS HORAS"


Poco a poco la 2ª edición de "La sombra de las horas" va conociendo España. Sí, porque aunque cualquiera, en cualquier parte del mundo, pueda hacerse con un ejemplar fácilmente, solo con marcar en la pestaña de "MI LIBRO: SE VENDE EN...", o también con marcar sobre la portada del libro que está en la columna de la derecha de este blog, si lo que quieres es la edición Ebook o, justo debajo, si lo que quieres es un ejemplar dedicado por mí en la tienda on-line de la editorial CÍRCULO ROJO (SIN GASTOS DE ENVÍO), quiero que podáis disponer de él en las librerías con puerta a la calle, las de toda la vida, las que según atraviesas sus puertas sientes todos los personajes, todas las frases, todos los momentos a solas con, quizá, Sancho Panza, quizá, Julieta, quizá... Y esperas que de un instante a otro aparezca en la mesa del fondo, debajo de la escalera de caracol que sube a las estanterías del primer piso, Saramago, o Cortázar, o Don Miguel de Cervantes, que, con una pluma en la mano, te haga un gesto para que te acerques a él y pueda dedicarte la edición que acabas de comprar de su novela; con todas las ficciones del mundo a tu alrededor. Allí quiero que esté la mía, las mías, mis veinticuatro ficciones.
Por eso dedico esta entrada a enseñaros las librerías donde mi libro de relatos se encuentra, tan bien acompañado, esperándote. Marca sobre la imagen y sabrás más de ellas:
LIBRERÍA MUGA, la de mi barrio, Vallecas, Madrid
MODESTA LIBRERÍA, Madrid
ÉRASE LIBRERÍA, Soto del Real (Madrid)
 
LEO LIBRERÍA, Valencia
LIBRERÍA VÍCTOR JARA, Salamanca
LLIBRERIA CATALÒNIA, Barcelona
LIBRERÍA TRES ROSAS AMARILLAS, Madrid

jueves, 3 de mayo de 2012

RELATO DE UN AMIGO

Hoy os traigo a mi blog el relato de un amigo, Santiago Herreros. Hace tiempo que quería enseñároslo y por fin lo hago. Solo os pido que lo disfrutéis. Os dejo con mi amigo Santi.

                                             INMÓVIL 

 

  Llovía, pero también lucía el sol. Un único nubarrón negro y amenazante estaba aposentado sobre sus hombros. Llovía intensamente, con grandes goterones de agua, pero el resto del cielo estaba curiosamente azul. Decidió esperar a que pasara la nube guareciéndose en el portal de su casa. Pero ni modo… Después de esperar un buen rato, la misma intensidad del agua, el mismo soniquete de las gotas golpeando el adoquín provocando un irremediable sopor. Pasaban los minutos y todo permanecía extrañamente inmóvil. Como hacía a menudo para evitar el desconcierto trató de pensar en algo que le distrajera. Fue entonces cuando se dio cuenta de algo insólito. La calle, por lo normal atestada de coches, estaba increíblemente desierta. Esto le pareció tan gran anomalía que, por un asunto de higiene mental, asomó con curiosidad la cabeza a expensas de mojarse, para divisar a lo largo y ancho de la avenida. Efectivamente, no sólo carecía de autos sino que tampoco había ningún transeúnte. Le resultaba todo inconcebible; una avenida tan concurrida en estas horas del mediodía, con los habituales y ruidosos atascos a la entrada del túnel, se hubiera convertido en ese páramo. Le pareció una alucinación. No recordaba en los cuarenta años que llevaba viviendo en esa casa que hubiera ocurrido algo parecido. La primera idea que tuvo ante tal prodigio fue la de que estuviera en un sueño. Hizo algunos intentos para cerciorarse de que así fuera. Se pellizcó el brazo, se frotó los ojos, trató con denuedo de forzar la voluntad y despertarse. Pero, fracasados sus intentos, comprobó que la nube seguía ahí sin moverse, descargando con la misma saña sus goterones, y el silencio, ahora si se daba cuenta del extraño silencio que existía, seguía imperturbable. Entonces tuvo un momento de pánico que trató de combatir mediante un esfuerzo racional. Y así llegó a varias conclusiones: Primero, que obviamente no estaba soñando. Segundo, que en el tiempo que llevaba en tales disquisiciones, ni un solo ser vivo, ni ningún auto, habían pasado por su espacio visual. Y tercero, y eso era lo que más le inquietaba, en las alturas nada variaba; la nube impertérrita, la lluvia sin cambios de intensidad y alrededor de ella un azul intenso.

  Todo le pareció tan absurdo, tan inconcebible, que por un momento le alejó la preocupación de encontrarse en esa situación. Decidió buscar al portero de la finca para tener ayuda en la interpretación de tan extraño suceso. La puerta estaba semiabierta y llamó con los nudillos. “Eusebio, Eusebio”, dijo levantando un poco la voz, que le sonó metálica, casi con eco.

                        Tenía la certeza de que era un disparate, pero se atrevió a salir a la calzada. Estaba excitado, creía ser el protagonista principal de algún acontecimiento insólito y debía estar preparado para ello. Todo, a excepción de él, detenido en el tiempo... o ¿habría alguien más? La idea de que no estuviera solo le produjo por un momento cierto desconcierto, pero la idea le terminó resultando tranquilizadora. Había caminado con rapidez, cruzando calles sin apenas darse cuenta. Una tras otra mantenían la misma quietud. Ya no le llovía encima, había salido de la nube, pero sentía el cuerpo húmedo y frío. Tenía creído que iba sin rumbo cuando, de repente, le pareció oír un sonido tenue, pero prolongado, que escapaba del silencio al que ya estaba acostumbrado. Aguzó el oído. Puso toda su atención. Y efectivamente algo como un susurro agudo le llegaba diáfano. Rastreó el aire para atraparlo y siguió su estela por avenidas y luego callejas que todas, extrañamente, le resultaron familiares. En poco tiempo el sonido se le hizo tan intenso que podía deletrear en él y tan conocido como si lo hubiera escuchado toda su vida. Era el gemido de su madre, sin duda. Fue cuando se dio cuenta que se encontraba en la casa en que nació. Su vieja casa de Tetuán. Podría acomodarse donde solía hacerlo cuando era niño y esperar la siempre puntual llegada de su madre. Sentir en esa escena cotidiana toda la inmensa alegría que le sazonaba, esa soberbia seguridad de que no estaba solo, de que no estaba desprotegido. Se sentó en el banco del vestíbulo y saboreó por unos instantes el calor que recibía de la ternura de sus propios pensamientos, hasta que el gemido que salía de la habitación de al lado llenó todo el espacio. Se acercó a la puerta entreabierta y se sobresaltó al ver a una mujer sentada en el borde de la cama que sollozaba con las manos ocultando el rostro. Una congoja se le inició a la altura del estómago y tuvo un deseo irrefrenable de acercarse a la mujer, abrigarla con sus brazos. Susurrarle al oído: “No estés triste, mamá. Me tienes a mí... No llores más... Por favor, no llores más...” Pero se quedó inmóvil junto a la puerta. Estaba tan asustado que el miedo le impedía moverse. Era, ahora, tan grande su angustia que no recordaba si alguna otra vez hubiera sido distinto. A pesar del desconsuelo y la pena se dio cuenta que el recuerdo le había traído una imagen, por primera vez en su vida, nítida de su padre haciéndole carantoñas. Huyó apesadumbrado de la escena, de sus recuerdos, de sus pensamientos, de sus visiones... Corrió, corrió, o eso parecía. Atravesó, de nuevo, calles, muchas calles. Lugares que ya no le decían nada, hasta que totalmente desorientado se sentó sobre un poyete de una vieja plaza.

                   Allí se dio cuenta de que no había ningún olor. De que en ningún momento lo había habido. Todo a su alrededor carecía de olor. Y de eso fue consciente cuando percibió, de pronto, un ligero aroma que se movía inconfundible entre la nada. Primero le reconfortó y luego le invadió un grato estallido de bienestar. Sin embargo le costaba trabajo captarlo. Poco a poco fue llenándose de él. Y aunque se moviera de un sitio a otro, ya no podía substraerse a esa fragancia, a un olor apenas perceptible, pero que desde luego reconocía. Provenía de una niña de largas coletas que a escasos metros le sonreía. Le miraba con tanta ternura que se sintió desarmado. Si pudiera tocarla, si pudiera fundirse en ella. Amar, amar..., de la misma manera que la primera vez, cuando descubrió ese sentimiento puro, ingenuo, desbordante. Se sintió tan emocionado que lloró con desconsuelo. La imagen de la niña con sus trenzas se nublaba frente al torrente de sus lágrimas. Y pensó que la vida sólo lo es por ese sentimiento que él una vez, una efímera vez, conoció.

                   Buscó, de vuelta, su casa. Era curioso. Seguía lloviendo de la misma manera sobre la fachada, pero algo había cambiado. No sabía bien si acaso fuese el que antes salía del portal y ahora entraba. Unos delicados golpes de nudillos sobre una puerta le llamaron la atención y una voz apremiante se colaba por sus oídos: “Don Arturo, Don Arturo,... ¿se encuentra bien?... Don Arturo, Don Arturo... Siguió sintiendo áspera la soga alrededor de su cuello, calibró firme el deseo de librarse del mal que le afligía. Entonces en un instante comprendió todo.

Irma o esa persistente calle de París