LAS VIDAS DE JULIO

     Una mujer posa frente al casco del 'Costa Concordia', que naufragó frente a la isla de Giglio el 13 de enero. / FILIPPO MONTEFORTE (AFP)
        Foto publicada en El País el día 29-1-2012.






LA COLUMNA DE ATRÁS

Julio mira la foto detenidamente y no logra descubrir el sentimiento que predomina en él mientras la contempla. Es una bella foto. Perfectamente elaborada. El señor del abrigo, de espaldas, en primer plano, enfoca su cámara para que el encuadre de la foto que es fotografiada sea perfecto. Su ¿mujer?, ¿hermana?,  sonríe con una mueca forzada, de pose, de tienen que ver estas fotos mis amigas, con mi abrigo de visón iluminado por el sol, reluciente, algo caído, eso sí, pero es que hace mucho calor en la Toscana, en el Tirreno, en Italia; incluso en estas fechas. Julio no sabe si se agarra el cinturón con ambas manos porque también quiere lucirlo ante sus amigas (es una compra en la boutique más chic de la isla) o porque el estómago comienza a dar síntomas de revolverse debido a lo que ella no ve morir a sus espaldas. Porque lo que se ve desenfocado allí es un barco que se está hundiendo, es una tragedia más de las que nos cuentan los periódicos durante unos días, antes de desaparecer de sus páginas y pasar a formar parte de la historia íntima de las familias que han dejado a alguien allí. ¡Ah! El bolso. El bolso debe de ser de imitación, de los chinos. ¡Si no cómo lo va a dejar así, tirado sobre las piedras! Julio sigue dando vueltas a su cabeza, en ese barco hay cadáveres, no se ven, nadie los ha localizado todavía. Pero están ahí, en la foto, en las frías aguas del Tirreno.
¡Ahora se da cuenta Julio! El único personaje de la foto que tiene claro la atrocidad que se está viviendo dentro de ella es la sombra. Sí, la sombra del señor del abrigo que está de espaldas, en primer plano. La pobre no tiene más remedio que echarse las manos a la cabeza al contemplar este esperpéntico cuadro en el que ella está incluida a la fuerza. Julio está convencido de que aprovechará el más mínimo despiste de la imprenta para no formar parte de semejante disparate en la próxima edición del diario. Deja el periódico en el revistero y se pone el abrigo. Hoy hace frío en la calle, el quiosco está dos manzanas más allá de su casa y ya es hora de que les haya llegado la última edición.


Comentarios

  1. ¡¡Qué fuerte!! Fotografiar el barco para inmortalizar este gravísimo suceso... vale, pero hacerlo con modelo incluída me resulta grotesco. A mí no me gustaría en absoluto posar con la tragedia de fondo, pero bueno, supongo que hay gente para todo.
    Buena entrada!
    Besos.

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    1. Como tú dices, hay gente para todo. Cuando vio la foto Julio seguro que pensó que tenía que contar algo sobre ella para desahogarse un poco... ¡Fuerte, fuerte, sí!
      ¡Gracias, Pilar, por tu comentario y un beso!

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  2. ¡Vaya testimonio, fantástico! El detalle de la sombra del señor da para muchas cavilaciones. ¡¡INTERESANTÍSIMA HISTORIA JULIANA!! Muásssss!

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    1. La foto la ví hace poco en El País, y ya me pareció tremenda! Pero no me había fijado en la sombra, qué vista tiene Julio!!
      Muas!!

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    2. ¡Es que Julio está en todo! ¿A que os quedáis con las ganas de saber dónde estará la sombra? Pues yo también. ¡Gracias por vuestros comentarios, hermana y sobrina!
      ¡Y besazos!

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  3. Hay gente para todo. Unos se preocupan más en salir en la foto que en pensar en la gente que se está muriendo dentro de este barco. Lo de la sombra es digno de pensar.
    Besotes

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    1. Por lo menos la sombra tuvo la vergüenza de salir corriendo... Y sí, es muy triste que se saquen estas fotos. ¡Gracias por tu comentario!
      ¡Besazos!

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  4. Escalofrios me han dado leyendo tu entrada.Y que razón tienes en que en solo unos dias, solo formará parte de la intimidad de esas familias y los demás como en todas las demás tragedias, lo olvidaremos.Estupenda entrada, besos, Silvia

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    1. Es lo que suele pasar con las noticias, la actualidad manda y nuestra memoria no da para más. Quiero pensar que es autodefensa. ¡Muchas gracias por tu comentario, Silvia!

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  5. Con la boca abierta me has dejado! ¿De verdad que hay gente capaz de hacerse fotos incluso en ese momento? Buff, la piel de gallina me has dejado. Y pensando en lo que nos estamos convirtiendo...
    Besotes!!!

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    1. Eso debió de pasarle a Julio al ver la foto, seguro que también se le puso la piel de gallina.
      ¡Gracias, Margari, por tu comentario y un besazo!

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  6. ¡¡Por fin!!! Parece que despues de los problemas internetarios puedo hacer un comentario en tan sensacional Poesía ¡Ya tenia ganas! Perdona si no te puede antes realizar el comentario, pero, como dije en mi última Poesía "Coraza Prisionera" había muchos problemas con la señal.
    La tragedia atrás y la artificiosidad y el descaro delante. Se aprovecha cualquier cosa, por muy grotesca que parezca, para plasmar el poco sentido común de la Sociedad del Consumo en la que estamos flotando, igual que ese barco ...a la deriva primero, sin orientación, para acabar encallados sin remisión.
    Magnífico relato, Román.
    Un abrazo.

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    1. ¡Pedro, espero que no se te vuelvan a helar los cables! Y también espero que podamos montarnos en algún bote salvavidas cuando esta sociedad de la que hablas encalle. Lo que estoy por asegurar es que, cuando llegue ese momento, los capitanes de la nave ya se habrán ido del barco y estarán gastándose sus millones en alguna isla paradisíaca...
      ¡Gracias por tu comentario y un abrazo!

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