LAS VIDAS DE JULIO

¡FELIZ NAVIDAD!

De las ramas de los árboles cuelgan bolas navideñas de diversos colores. También cuelgan multitud de botas rojas, de Papá Noel. Estrellas, brillantes, de diferentes tamaños, coronan sus copas. Y están iluminados por un sinfín de variopintas luces que se encienden y se apagan alternativamente. La calle está ocupada, únicamente,  por muñecos de nieve. Pequeños, medianos, grandes. Julio juraría que aquel camión lo conduce un muñeco helado. Sí, distingue perfectamente su nariz de zanahoria, su bufanda rodeando el cuello, bueno, más que el cuello la unión entre la enorme bola nevada que forma su cuerpo y la más pequeña, mucho más pequeña, que quiere ser su cabeza, tocada por un sombrero de copa. Dos botones negros hacen de ojos y un alargado gajo de naranja dibuja una sonrisa. Mire donde mire, al coche que acaba de aparcar a su lado, al frutero, a la señora que está a punto de cruzar la calle en cuanto el semáforo cambie de color, no ve a ninguna persona como él, de carne y hueso. Acaba de saludarle el vecino del quinto, se acaban de cruzar y lo ha conocido por la voz, una voz inconfundible, de tenor. También es un muñeco de nieve. Los villancicos inundan el viciado aire de la ciudad, de los portales entran y salen monigotes blancos tocando de mejor o peor manera navideñas panderetas, las verticales de los edificios se llenan de trepadores Reyes Magos. Sabe por qué él es el único. Y también sabe que no tardará mucho en sentir sus dedos helados, en notar que su cuerpo irá también helándose, y ensanchándose, poco a poco. Y sus ojos azules irán tiñéndose de un color negro uniforme. Redondeándose. Ya está aquí. La nariz se va afilando, hacia el frente. Sus ojos pueden ver ya su color zanahoria y su tacto reconoce la rugosidad de su piel. Se abandona, nunca podrá ganar esta batalla. Y decide, de nuevo, disfrutar de esta epidemia que, un año más, conquista la ciudad.

Comentarios

  1. ¡Y yo quería vivir unas Navidades Blancas!!!

    Besotes y Felices Fiestas!!!

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  2. He conocido tu sitio por Margari y me quedo, enhorabuena y suerte. ¡Feliz Navidad, sin nieve!
    Un saludo.

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  3. Hay epidemias que debieran durar 365 días al año y no solo unos pocos en diciembre. ¡SALUD Y PAZ PARA TODOS LOS BLOGEROS!

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  4. Margari, no sabes la envidia que me dais los que pasáis la Navidad y todo el año a la orilla del mar... ¡Y encima en "Cái"!
    Antonio, bienvenido y ojalá que te quedes mucho tiempo por aquí, yo haré todo lo posible porque sea así. ¡Muchas gracias!
    Hermana Koncha, Margari y Antonio ¡FELIZ NAVIDAD, CON MAR, CON NIEVE Y CON EPIDEMIA!

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